vendredi 19 novembre 2010

Cristales rotos.


Considero que estas citas de La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, reflejan bastante bien la idea del vértigo amoroso.

- "¿me ama?, ¿ha amado a alguien más que a mí?, ¿me ama más de lo que yo le amo a él? Es posible que todas estas preguntas que inquieren acerca del amor, que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan, también lo destruyan antes de que pueda germinar. Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en vez de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia."

- "Quiero que seas débil. Quiero que seas tan débil como yo".

- "El tiempo humano no da vueltas en redondo sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir. Sí, la felicidad es el deseo de repetir."

- "Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede nacer de una metáfora."

- "No hay nada más pesado que la comprensión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado que el dolor sentido, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos."

- "Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir juntoa alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer."

mardi 19 octobre 2010

El amante (Homenaje a Marguerite Duras)


Primero me acaricias, suave pero deseosamente. Recorres con tus manos, casi carcomidas por una pasión medio alienante, los rincones más empinados de mi voluptuosidad. No me miras. No me hablas. Sólo me tocas. Me percibes. Me desenredas el pelo dulcemente, insistentemente, agresivamente. Diriges mi cabeza adormecida hacia tu hombro, necesitado de proximidad. Nuestras calideces se vuelven calor. Ardor. Fervor transpirado por ambos. Me agarras por dentro. Cual lanza férrea, te adentras en mis más desconocidos recovecos, colmándolos de delicias, atiborrándolos de goce. Mi torso rebosa impudicia. Me enloqueces, me pronografías. Soy ahora objeto de la obscenidad más lunática, de la lujuria más hedonista, del epicureísmo más esplendoroso, de la sensualidad menos comedida. Vuelvo a mí a través de tu piel, lentamente, como el imperceptible brote de una flor.
Te miro ahora. Después. Me pareces bello. Tu belleza despierta en mí anhelos indescriptibles de ternura.
Somos amantes.

jeudi 14 octobre 2010

asperezas.


MENÚ
Entrantes
Plexo confitado.
Risa congelada.
Líbido amarga.
Piel polvorienta.
Sexo agridulce.

Platos
Piel sazonada de asperezas chorreantes de hiel.
Pies disgustados al ajillo.
Lumbares sombrías sobre lecho de níscalos.
Cabeza a la sal.
Opresión torácica incisiva y corpórea.
Anatomía de tafetán.
Revuelto de abdomen y focaccia de meninges agredidas.
Espalda en escabeche.

Postres
"Coulant" de linaje bastardo.
Lengua marinada al limoncello.
Tiramisú de vísceras del día.
Profiteroles de sangre estancada.


De martes a sábado, de 13h a 16h.

mercredi 29 septembre 2010

DARKNESS

Escarcha amarillenta desborda de entre plieges epidérmicos que se escapan a la empírica racionalidad de mis sentidos.

Cadáveres de rasgos descosidos y negros. OSCURIDAD horripilante que se apodera obscena e indecorosamente de esa brizna de serenidad.

Necesidad salvaje de destrucción. Autoseccionamiento duro y despiadado. Deseo indecible de dolor silencioso, compartido, arrebatado, peligroso, casi placentero, prohibido.

Perderse en la sombra. Desaparecer en la bruma, y reaparecer como hoja bruna, como tomate rebozado de viscosas sanguijuelas asfixiadas y requemadas por un sol de mediodía.

Y entonces revivir, existir, agarrarse fuerte la piel. Coger aire. Redevenir corpóreo después de haber sido hálito, después de haber pertenecido a una sincronía etérea de felicidades negruzcas.

El malditismo de los poetas. Eterno sufrimiento plácido y consentido del artista. Arte marginal. Art brut. Arte underground. Generaciones de bohemias incomprendidas necesitadas de intemperie y de secreto.

La oscuridad persigue imperecederamente al Creador.

samedi 25 septembre 2010

Necesitaba escribir algo acerca de Rilke después de haberme releído las Cartas a un joven poeta, cuya sabiduría creo haber palpado mucho mejor esta vez.

Y es que me parece curioso que estos textos, supuestamente carentes de afán literario, reflejen con tanta profundidad el universo e ideología del escritor. Quizá sean de alguna manera, un soporte terapéutico mediante el cual, hombre y escritor se confunden en una sencilla confesión casi psicoanalítica.

Tal como sucede con las correspondencias de Kafka (sus Cartas a Milena, a Felice), aparentemente desprovistas de miras a hacer literatura, éstas terminaron por paralizar completamente la creación literaria del escritor y lo llevaron a crisis frecuentes.

Bajo la forma epistolar, el autor puede dar rienda suelta a sus sentimientos, ya que no espera juicio alguno de lo que no es creación literaria propriamente dicho. Y progresivamente, una carta se puede convertir en un diario, en un refugio en el que poder escapar de la crueldad de la crítica, de la incomprensión de la mediocridad cultural.

La definición de arte ha desaparecido. Y con ella las nociones de talento, de esfuerzo, de paciencia ("La paciencia lo es todo!"). El "artista" actual no crea por "necesidad" real e intrínseca -Rilke afirma que el artista siente que debe crear- sino porque vive en un contexto más que propicio a la creación artística. La verdad, la técnica y los cánones que durante tanto tiempo han regido la definición de arte (en sus más amplios soportes) parecen estar desvaneciéndose. ¿Debemos culpar a la tecnología por ello? ¿O a Internet? ¿O es quizá la consecuencia de una necesidad de expresión colectiva que ha evolucionado de forma lógica con el desarrollo tecnológico ? Y es que, lejos de ser informativo (pensemos en el arte románico y medieval), o una representación estricta de la realidad como una especie de oda a la perfección de la naturaleza; el contexto artístico actual refleja un batiburrillo de influencias pasadas y de concordancia con un mercado agresivo que valora más la originalidad de la pieza que su significado y elaboración.

En Cartas a un joven poeta, Rilke nos lega una Poética muy personal que alberga grandes ideas universales. Hé aquí algunas de las citas que me han hecho reflexionar más sobre el estado actual del arte, y corroboran la necesidad de seguir meditando en la herencia ideológica de Platón: ¿está el arte -como la política- al alcance de todos? ¿Dónde nos llevará esta democracia artística?

"Una obra de arte es buena cuando brota de la necesidad. En esa índole de su origen está su juicio: no hay otro."

"Las obras de arte son de una infinita soledad, y con nada se pueden alcanzar menos que con la crítica. Sólo el amor puede captarlas y retenerlas, y sólo él puede tener razón frente a ellas."

"La experiencia artística está tan increíblemente cerca de la sexual, en su dolor y gozo, que ambos fenómenos en realidad son sólo formas diversas de una idéntica ansia y dicha."

"Y por eso es tan importante estar solos y atentos cuando estamos tristes: porque el instante, aparentemente sin acontecimientos e inmóvil, en que nos sale al encuentro nuestro futuro está mucho más próximo a la vida que esos otros momentos ruidosos y causales, en que se cumple para nosotros, como viniendo desde fuera."

En definitiva, estoy en total acuerdo con Rilke y su percepción de la verdad artística. El artiste debe vivir del misterio, de la incertidumbre, creando de manera casi inconsciente, alejado de cualquier concepto o moda socio-política, conectado sólo con la soledad del que crea. Y es que la creación es maternidad, y el parto es dolor y placer.


jeudi 22 juillet 2010

Teatro.

Soledades de cafetería. Entumecimientos matutinos alrededor de bollería industrialmente apetecible.

Una brizna de desdicha intempestiva reaparece y se aposenta al ingerir ese café en el que creíamos haber depositado todo nuestro deseo.

Miradas despiadadas se entrelazan y entretejen una sinfonía abstracta de allegros discordantes.

Ese intercambio visual del que intentamos desembarazarnos a través de la palabra, es quizás, seguramente, con certeza, la única verdad que nuestro cuerpo delata, íntimamente, desinteresadamente.

Durante ése ínfimo momento, de un valor incalculable, el actor puede casi atravesar la fracción más íntima e inaccesible de la mirada cruzada. Poseerla. Hacerle el amor violentamente. O tiernamente. Y de repente las miradas, ahora devenires análogos, respondiendo a una patología desconocida, desorientan su cauce hacia otro punto casi diamétricamente opuesto. Abandonándose, cruelmente, hipócritamente.

La grandísima suerte del actor es esa capacidad para amar, sin deparo, sin disimulo. Y es, a la vez, su mayor peligro, el actor pudiéndose perder en la inmensidad del Amor y en la generosidad de su entrega.